Todo esto que cuentas podría ser la teoría inicial de la mente masculina, pero dista mucho de la realidad. Estás generalizando casos particulares, pero bueno, si quieres generalizar, pues generalicemos.
Creo fervientemente en la afinidad de las personas. Cuando a tu amigo le gustan delgadas puede ser por que él mismo es afín a ese tipo de chicas, es decir, que una persona quiera a otra delgada, puede tener sentido si hablamos de que también lo es, del mismo modo que los ciclados de discoteca buscan tetones operados con escotacos, no se si me explico. Cosa que veo totalmente válido, lógico y aceptado socialmente. Sin olvidar siempre la excepción que confirme la regla.
Los chicos queremos muchas cosas a primera vista, pero no va más allá de la primera intención. Lógicamente, cuando tú hablas de todo lo que supuestamente queremos, referente a esos ángeles caídos del cielo, estás hablando de la mujer de nuestra vida, con la que cualquiera de nosotros daríamos un paso más allá del inicial y créeme que eso para nosotros es estar hablando muy enserio, pero puede que no estemos buscando dar ese paso. De hecho, olvídate ya de que nosotros vayamos buscando de primeras una relación estable. Por lo que llegamos a la conclusión de que no buscamos los ángeles caídos del cielo, buscamos chicas terrenales. Y yo mismo, cuando hago comparaciones numéricas, son solo ejemplos de perfiles que podrían compararse en la práctica.
El problema está en esas chicas terrenales, que no se sabe lo que están buscando y pienso que ni ellas mismas lo saben por culpa de tener esos babosos, de los que hablaba en la anterior entrada, que las hacen subir al cielo imaginario.
Esperaba que me dieses alguna solución, pero la propondré yo. Un buen prisma para abordar esto sería que nosotros nos quisiéramos un poco más. Por que pienso que la mayoría de los chicos somos demasiado conformistas en ese aspecto. Necesitamos auto convicción, autoconfianza y no ir halagando a todo lo que tenga curvas. Por que luego nos sale a la cara y hay que enfrentarse a ello. Hago un llamamiento al cortejo interesante e inteligente, y no al facilón de albañil que parece que todos llevemos dentro cuando no es así. A la vista está que os encanta generalizar y pensar que todos trabajamos en la obra y estamos locos por vuestras entrañas. Que baje Dios y suban las mujeres.
Y como esto es cosa de dos, acabo con una nueva línea de acción. ¿Qué esperáis de un hombre?